Padre: Abrácelos firmemente.
Permitan que ellos sepan que los aman por la mañana, al mediodía, y por la noche.
Muéstreles que ellos son un regalo,
ámelos para que se sientan bien.
Ponga sus brazos alrededor de ellos,
sosténgalos cerca suyo,
sienta el latir de sus corazones,
la vida nueva que usted formó.
Ruede por el suelo con ellos,
bromee, ría y juegue, escuche lo que tienen que decirle,
ellos tienen mucho para contarle.
Tome tiempo para conocerlos,
vea el color en sus ojos.
Aprecie a esa persona tan profunda
dentro de sus pequeñas mentiras.
Permita que corran sus dedos por sus cabellos,
doble su cabeza, llene sus corazones con palabras de alabanza,
haga de su hogar su lugar favorito.
Abrácelos estrechamente en el sofá
y mire un programa de televisión,
cante con ellos o comparta la lectura de un libro
y ayúdelos a crecer en su mundo.
Tome un tiempo para caminar en el parque,
sosténgase de la mano, huela las flores,
alimente los patos, construya castillos en la arena.
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