El impacto de la infidelidad
La infidelidad, a veces, surge cuando menos lo esperamos. Un mensaje en el móvil de nuestra pareja. Un correo electrónico. Una fotografía o una pista ineludible de que la persona a quien amamos, nos ha sido infiel. ¿Cómo reaccionar? Un aspecto interesante que nos explican los psicólogos es que las personas, tenemos la obsesión de entenderlo todo. De buscar una explicación que nos desvele por qué a tenido que ocurrir.
- Falta de amor.
- Aburrimiento.
- Un encuentro casual.
- Un rasgo de personalidad que no conocíamos en nuestra pareja.
- Falta de madurez de nuestra pareja
- O incluso por culpa nuestra: por falta de atención, escaso tiempo para compartir…
Un aspecto que queda claro ante todo es que, al sufrir una infidelidad, muchas veces sentimos un atentado directo hacia nuestra autoestima.No solo sentiremos rabia por lo ocurrido, dolor e incluso odio, pero es habitual también que nos sintamos humilladas. De ahí que en ocasiones se corra el riesgo de caer en una depresión. Pero en realidad ¿cómo debemos reaccionar? ¿qué sería lo más razonable en estos casos?
¿Cómo se suele reaccionar ante una infidelidad?
La forma en que las personas solemos reaccionar ante una infidelidad dependerá de varios factores:
- De cómo haya sido la infidelidad. ¿Algo puntual? ¿O la traición dura ya bastante tiempo?
- ¿Nos sentimos nosotras responsables? ¿Hemos descuidado demasiado a nuestra pareja?
- Dependerá también de cómo haya sido el descubrimiento. ¿Tu pareja lo sigue negando? ¿O lo reconoce y no se arrepiente?
- Nuestra personalidad también hará que reaccionemos de un modo u otro.
Veamos ahora cuáles son las formas más comunes de reaccionar ante una infidelidad:
1. Buscar un culpable
Es una de las formas más comunes. En nuestro afán por comprender nos obsesionamos a veces en buscar culpables. O bien centramos todo nuestro desprecio hacia nuestra pareja, o lo podemos dirigir a esa persona con la cual, nos han sido infieles. Buscar culpables nos ayuda a desahogarnos, pero debe ser algo puntual. Tras focalizar culpables, normalmente surge o bien la separación, o incluso el perdón.
2. La venganza
Son muchas personas que, tras una infidelidad, buscan hacer daño a la pareja. Puede que hayamos decidido separarnos y romper la relación.O puede incluso que se haya decidido continuar con la convivencia. Sea como sea, algunas personas buscan vengarse manteniendo otra relación, buscando así provocar en el otro el mismo dolor, el mismo sufrimiento.
3. El perdón
Hemos de tenerlo claro, perdonar no significa siempre reconciliarse. Podemos continuar con la relación pero perdonar no es olvidar. A veces nos obliga a reconstruir de nuevo la relación con una base incómoda de resentimiento, que no siempre es fácil. Pero puede suceder también que, a pesar de todo logramos prosperar. Si el el perdón se ha ofrecido porque existe un arrepentimiento real y auténtico, podremos aceptarlo. Pero no va a ser fácil, deberemos aprender a vivir con un “pequeño o gran dolor crónico”.
4. Una nueva etapa en la pareja
Puede que te sorprenda, pero hay parejas en las cuales, tras una infidelidad surge una nueva etapa de más intensidad en la pareja. Surge la reconciliación y una etapa de mayor intensidad afectiva y sexual. Se junta por un lado el miedo de perder al ser querido, la culpa de quién ha sido infiel y esas largas conversaciones en las que han podido aclararse aspectos importantes. Es sorprendente, lo sabemos, pero suele ocurrir.
5. La separación definitiva
Inevitable y comprensible. La infidelidad es una traición al compromiso, al pacto de intimidad entre dos personas. Es una ofensa a nuestros sentimientos y un atentado a nuestra autoestima y equilibrio personal. No todas las personas son capaces de ofrecer el perdón, y no todas las personas merecen tampoco dicha disculpa. La mayoría de las veces, la infidelidad termina en ruptura.
Pero ¿Cuál es la opción más adecuada tras una infidelidad?
No hay opción mejor o peor. La mejor opción es aquella que nos ofrezca equilibrio y tranquilidad emocional. Las heridas de la infidelidad no se olvidan con el tiempo y casi nunca cicatrizan. Podemos intentar la reconciliación, pero el miedo siempre estará ahí. El perdón siempre es terapéutico, lo sabemos, pero a veces no lo es para todas las personas, siendo entonces lo más saludable la ruptura y nuestra propia recuperación.
Pero si dicha traición la consideras como algo puntual y piensas que no va a volver a ocurrir, adelante. Todos merecemos segundas oportunidades, pero la otra persona deberá esforzarse y demostrarte su cariño sincero y su auténtico arrepentimiento.
Perdona si eres capaz y si crees que vas a poder continuar con la relación.Pero si tu autoestima está fragmentada y sientes que tu interior está demasiado roto como para seguir adelante, establece distancias y termina con lo que te hizo daño. Ahora es tiempo para recuperarte, para levantarte de nuevo y mirar al horizonte con esperanzas
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