Hace ya un par de años, circula a través de Internet el mito de que el uso de antitranspirantes puede provocar cáncer de mamas. Esta teoría se apoya en el argumento de que al prohibir la transpiración, las toxinas que deberían ser eliminadas se acumulan hasta generar tumores cancerígenos.
También se dice que, al rasurarse, la piel queda más propensa a absorber los químicos del producto. De esta manera, surge la conclusión de que los hombres corren menos riesgos de sufrir estas consecuencias ya que al no rasurar sus axilas, los químicos permanecen en sus pelos.
Pero lo cierto es que no hay estudios médicos que figuren en ningún tipo de literatura comprobando ese tipo de teorías. Según un estudio realizado en el año 2002, al comparar 813 mujeres con cáncer de mamas y 793 mujeres sanas, no se registraron evidencias de que el uso de antitranspirantes se haya vinculado a las causas de la contracción de la enfermedad.
Y en cuanto al supuesto mayor riesgo al rasurarse las axilas, los expertos dicen que el único riesgo que se aumenta es el de contraer irritaciones e infecciones en la piel. Pero es muy poco probable que las sustancias cancerígenas penetren con más facilidad. En el caso de los hombres, la realidad es que son naturalmente menos propensos a contraer cáncer de mamas al tener cien veces menos tejido en esta zona del cuerpo, en comparación con las mujeres.
Como mencioné anteriormente, la gran preocupación parte del supuesto hecho de que los antitranspirantes no nos permiten eliminar toxinas al no permitirnos transpirar. Pero en realidad, la transpiración elimina bacterias, virus y otras posibles amenazas dentro de nuestro cuerpo; no se supone que elimine toxinas.
Me imagino te estarás preguntando entonces, por qué comenzó a correr el rumor. La respuesta posiblemente tenga algo que ver con el beneficio que trajo a las compañías de desodorantes (no antitranspirantes) cuando comenzaron a subir esa información en sus sitios web.
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