Las toxinas están presentes en casi todas partes de nuestro planeta y ni nuestros niños se pueden salvar de las consecuencias que estas tienen para la salud. La contaminación, los pesticidas, los limpiadores, algunos alimentos, algunos medicamentos e incluso algunas vacunas están exponiendo a los niños a sustancias químicas tóxicas que, a largo plazo, pueden afectar la salud de diferentes maneras.
¿Cómo podemos proteger a los niños ante las sustancias tóxicas?
En el mundo actual es casi imposible evitar que las toxinas ingresen en nuestro organismo para causar diferentes molestias en la salud. La contaminación, la mala alimentación y algunos malos hábitos pueden conducir a una acumulación de toxinas que pueden afectar diferentes órganos de nuestro cuerpo. Los niños están expuestos a todas estas sustancias tóxicas de nuestro entorno y de algunos alimentos que permitimos que consuman. Pero, siendo conscientes de las fuentes de toxinas y el daño que pueden provocar, podemos tomar diferentes medidas para disminuir el impacto que estas puedan tener en nuestros niños.
El problema de la exposición a las toxinas va en aumento año tras año. Aunque la medicina continúa avanzando y se siguen encontrando antídotos para los problemas de salud que estas causan, cada vez son más los casos de niños y personas enfermas como consecuencia de la exposición a sustancias tóxicas.
Aunque muchos todavía lo ignoren, las sustancias tóxicas pueden causar en nuestros niños desde simples alergias hasta diferentes tipos de cánceres.Diversas investigaciones han encontrado que los niños pueden sufrir una o más dificultades de aprendizaje, de desarrollo o problemas de comportamiento. También se han encontrado casos de autismo, defensas bajas y otras enfermedades crónicas.
¿Sabes cuáles son las principales toxinas a las que están expuestos los niños?
- Empastes de mercurio.
El mercurio de estos rellenos puede ingresar lentamente todos los días en el organismo de los niños y llegar a causar daño neurológico. - Algunos medicamentos farmacológicos.
Sin que tengamos mayor información al respecto, en ocasiones les recetan a nuestros niños una serie de medicamentos que son altamente tóxicos y peligrosos. Entre estos medicamentos encontramos los que son para el TDAH, que pertenecen a una clase de medicamentos llamados anfetaminas, muy similares a esa famosa droga callejera conocida como metanfetamina. Cada vez son más los casos de niños a los que se les recetan antidepresivos que son muy peligrosos. - MSG glutamato monosódico.Este tóxico está presente en todas partes, especialmente en alimentos y productos de cuidado personal.
- Algunas vacunas.Algunas vacunas no son tan seguras como nos han hecho creer durante décadas. Vale la pena investigar un poco acerca de los componentes que pueden tener estas y así conocer los efectos secundarios que pueden tener sobre la salud.
- Alimentos procesados y comidas rápidas.Son los favoritos de los niños y, por complacerlos, siempre les compramos este tipo de “alimentos”. Aunque su olor y sabor sean muy deliciosos, lo cierto es que se ha comprobado que están cargados de productos químicos que aumentan el riesgo de padecer cáncer. Además, estos alimentos son causantes de obesidad y otras enfermedades que, a largo plazo, pueden disminuir la calidad de vida.
- Productos químicos para lavandería.Son muy útiles a la hora de lavar nuestra ropa, pero también tienen altos contenidos de componentes tóxicos que pueden afectar nuestra salud y la de nuestros niños.
- Champús y otros productos de cuidado personal.Posiblemente nunca has consultado sobre los componentes extraños que te ponen en la etiqueta de los champús y otros productos de cuidado personal. Es posible que, si te despiertan curiosidad e investigas, descubras lo tóxicos que pueden ser para nuestro cuerpo. Lo ideal es reducir al máximo su uso y optar por opciones naturales.
- Productos de limpieza para el hogar.Los limpiavidrios, limpiahornos, detergentes o jabones, entre otros productos de limpieza, tienen componentes químicos que, aunque puedan parecer inofensivos, son realmente peligrosos. La inhalación e ingesta de estos productos puede afectar seriamente la salud o terminar en algo fatal. Mucho cuidado con dejarlos cerca de donde juegan los niños.
- Contaminación ambiental.
Es prácticamente imposible no estar expuestos a los altos niveles de contaminación ambiental del mundo de hoy. El humo de los vehículos, de las empresas, del cigarrillo y otras sustancias tóxicas en el ambiente pueden afectar todo los días a nuestros niños y, por supuesto, a nosotros. - Refresco y sodas.
A los niños les gusta mucho su sabor y creen que es una forma correcta de hidratar el cuerpo cuando sienten sed. Lo cierto es que estas bebidas contienen altas cantidades de ácido fosfórico, que afecta la salud de los dientes y los huesos de nuestros niños.
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