Casi el 45% de los adultos ronca –aunque sea ocasionalmente–, sin embargo, eso no es razón para dejar de tratar este problema. Por un lado, estamos evitando que la persona que tenemos al lado tenga una buena noche de sueño, pero al mismo tiempo tenemos mayor riesgo de padecer enfermedades del corazón. Hoy queremos darte varias ideas para el tratamiento de los ronquidos sin necesidad de llenarse de medicamentos.
1# Cambiar la posición para dormir
Acostarse boca arriba hace que la lengua y el paladar se junten, causando sonidos vibrantes cuando dormimos. Si dormimos de lado podemos aliviar esto notoriamente.
Pero, ¿cómo lograrlo si no estamos acostumbrados? Muchas personas se ponen pelotas de tenis en la parte de atrás del pijama, por lo que darse vuelta resulta imposible. Con el tiempo te acostumbrarás a dormir así y ya no será necesario.
Si no nos acostumbramos, podemos probar a dormir a medio camino entre sentados y parados. A muchas personas les resulta bien, aunque les puede dar dolor de cuello a largo plazo.
2# Perder peso
Adelgazar es algo que ayuda a muchas personas, aunque no siempre esta es la causa de los ronquidos, ya que mucha gente delgada también ronca.
Sigue una dieta si has comenzado a roncar al subir de peso, especialmente si ese peso se ha ido a la zona de tu cuello.
3# Cambios en el estilo de vida
Los malos hábitos de higiene del sueño pueden llevar a roncar con más facilidad, y por ende, descansar peor. Si por ejemplo, pasas demasiadas horas sin dormir, cuando por fin vas a la cama estás demasiado cansado, por lo que duermes más profundamente y por ende roncas más.
Por otra parte, si eres de las personas que sufre de alergias o congestión nasal de cualquier tipo, lo mejor es que mantengas los pasajes nasales limpios. Para eso, es importante darse un baño caliente antes de dormir y enjuagar la nariz con agua con sal marina.
4# Cambios en la dieta
En primer lugar, debemos evitar el alcohol, especialmente antes de dormir, ya que reduce el tono de reposo de los músculos de la parte posterior de la garganta, lo que hace más probable que ronquemos.
Otro punto imprescindible es mantenerse bien hidratado, ya que las secreciones de la nariz y el paladar son más pegajosas cuando estamos deshidratados, algo que fomenta los ronquidos. Las mujeres necesitan alrededor de 11 tazas, mientras que los hombres 16 al día.
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