El ajo y la cebolla, dos medicamentos naturales
Antioxidantes, fluidificantes sanguíneos, anticolesterol, diuréticos... El ajo y la cebolla son un verdadero dúo de salud.
Beneficios de la cebolla
En la cebolla encontramos el selenio, un antioxidante muy eficaz. Contiene igualmente fructosanas y potasio, elementos conocidos esencialmente por sus efectos diuréticos, así como algunos compuestos sulfurosos con virtudes anticancerígenas.
La cebolla ejerce igualmente una acción hipoglicémica y combate la proliferación de bacterias. A parte de esto, este bulbo de la familia de los aliáceos ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, sobre todo cuando se consume cruda y particularmente fresca.
Beneficios del ajo
En cuanto al ajo, encontramos exactamente las mismas virtudes: estimulación del sistema inmunitario, prevención de los riesgos de enfermedades cardíacas, así como muchos tipos de cáncer. El ajo es también un buen aliado para combatir el colesterol malo, ejerciendo efectos antioxidantes y antibióticos sobre el conjunto del organismo.
Además de todos estos beneficios, las propiedades drenantes del ajo favorecen la regulación de la tensión arterial. A largo plazo el ajo, así como la cebolla, permiten combatir la hipertensión. Ambos son muy recomendables en cuanto al consumo diario.
Consejos para consumir ajo y cebolla
Todo el mundo sabe que cuando se empieza a pelar la cebolla, los ojos pican y las lágrimas no pueden parar de salir de los lagrimales. Esto se explica por el hecho de las células de este producto se rompen. Una enzima reacciona entonces como los compuestos sulfurosos y desprende un compuesto volátil.
Cuando el compuesto volátil de la cebolla entra en contacto con el líquido de los ojos, forma ácido sulfúrico, que es particularmente irritante. Las glándulas lacrimales, se activan con el fin de limpiar el ojo. Esta es la razón de que se llore al pelar la cebolla. Un truco para evitar esto es morder el palo de un fósforo entre los dientes, con la cabeza hacia fuera. El azufre neutralizará la sustancia desprendida por la cebolla.
Para aprovechar al máximo los beneficios de la cebolla y el ajo, es preferible consumirlos crudos. Sin embargo, son muchas las personas que los digieren mal por culpa de sus fibras. Para evitar esto, existen varias técnicas.
Para consumir cebolla se recomienda cocerla ligeramente para que sus fibras se vuelvan más tiernas, pero sin perder nada de sus virtudes nutritivas. Por su lado, para consumir ajo, se puede pasar por el rallador, así romper y eliminar el máximo de fibras. También se puede cortar el ajo en dos, y luego retirar el germen que hay en medio.
Como ves, además de estos consejos para facilitar la digestión del ajo y de la cebolla, no cabe duda que se trata de dos alimentos ideales para la salud de todo el organismo. Son muchos los nutricionistas que recomiendan su consumo diario, y a ser posible, crudos.
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