El cáncer del pulmón es, lamentablemente, el que más incidencia presenta en la población y afecta por igual a hombres y a mujeres. Es esa enfermedad que podríamos catalogar ya como la más temible, esa que todos conocemos por que la padece algún amigo, algún familiar…
¿Se puede prevenir? Desde luego. ¿Es el cáncer de pulmón sinónimo de muerte? En absoluto. Si bien los índices de mortalidad son muy elevados, podemos decir con seguridad que gran parte de esas pérdidas podrían evitarse si adquiriéramos mejores hábitos de vida, y que casi un 70% de esta enfermedad se evitaría si no hubiéramos caído en el pernicioso hábito del tabaco.
El cáncer de pulmón se da en su gran mayoría en personas fumadoras, en pacientes que han dejado de fumar recientemente y también, aunque con menos incidencia, en los llamados “fumadores pasivos”.
Veamos ahora cuáles son los principales síntomas de esta enfermedad puesto que, como ya sabes, en toda patología asociada al cáncer, la previsión y la rápida identificación de sus signos, es vital.
Síntomas del cáncer de pulmón que debes conocer
El principal problema del cáncer de pulmón es que la mayoría de personas prestan atención a los síntomas cuando estos son ya especialmente graves, como es el caso de la tos con sangre. Las persona fumadoras están acostumbradas a toser, a sentir cierta pesadez en el pecho o incluso a sentirse cansados de vez en cuando.
Es decir, la mayoría de las veces los signos primarios que están asociados a esas primeras células cancerígenas se confunden con los simples efectos del tabaco y no se les presta atención, hasta que, lamentablemente, la enfermedad está más avanzada. De ahí la importancia de pasar revisiones periódicas si uno es fumador.
Para las personas que no sean fumadoras y que, por las razones que sean, están expuestas a ambientes contaminados, a hogares donde hay personas fumadoras o a escenarios laborales con humos u otros elementos que se puedan inhalar, es vital que pasen también por revisiones habituales para prevenir cualquier problema. En el caso de las personas no fumadoras, la sintomatología suele ser más clara.
No obstante, veamos ahora los principales síntomas asociados al cáncer de pulmón.
1. Características de las personas con mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón
La Asociación Americana contra el cáncer establece una serie de parámetros que describirían los casos con mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad y que, por tanto, deberíamos tener en cuenta:
- Persona de entre 55 y 72 años.
- Haber sido fumador durante 15 años seguidos, sin importar que en los últimos años lo haya dejado.
- Haber fumado entre 10 y 40 cigarrillos diarios a lo largo de 15 años seguidos.
2. Fatiga
El cansancio es un síntoma muy confuso al que nadie le presta especial atención, en especial los fumadores, para quienes es habitual sentir cierta fatiga matinal, o cansarse en exceso cuando se hace algo de ejercicio. No obstante, es importante fijarse en si dicho cansancio, lejos de ser ocasional, se convierte en algo persistente que, a su vez, va acompañado por otros síntomas.
3. La tos
¿Qué fumador no está acostumbrado a toser regularmente? Es algo normal. A pesar de ello, deberás fijarte si cada vez que toses, sientes un dolor fuerte en el pecho y aún más si, al hacerlo, aparecen flemas o incluso sangre. No dudes en acudir de inmediato a tu médico si te ocurre esto.
La hemoptisis (toser sangre) está originada por esa herida que un tumor puede estar causando en nuestras vías aéreas pero, de todos modos, en primer lugar debe descartarse que no se deba, por ejemplo, a otro tipo de enfermedad, como puede ser la tuberculosis.
Como te hemos señalado antes, el cáncer de pulmón también puede aparecer en personas que no son fumadoras. De ahí que para ellas sea más fácil percibir estos cambios, como esa tos persistente que no sabemos a qué se debe, ese cansancio que nos obliga a tener que buscar una silla a cada instante…
4. Dolor en el tórax
El dolor en el tórax es un signo muy característico del cáncer de pulmón. Sentimos cierta pesadez en el pecho y, además, molestias a la hora de respirar debido a posibles problemas en la pleura o las costillas a causa de la enfermedad.
5. Pérdida de la apetito
Perder peso sin razón aparente, o dejar de tener hambre o apetito son dos indicios que nos deben convencer para ir al médico. Si bien el perder el apetito puede deberse a muchas causas, nunca está de más el acudir a unarevisión médica para descartar cosas más serias.
Para concluir, indicarte que en este tipo de enfermedades la prevención va a ser siempre nuestra principal arma. Nunca te confíes tampoco con aquello de “como he dejado de fumar ya no hay peligro alguno”, porque esto no es cierto. Nuestros pulmones ya han sido expuestos a esos elementos nocivos presentes en el tabaco y, por tanto, podemos sentir aún sus consecuencias.
Indicarte también que en los últimos años el cáncer de pulmón estáafectando en mayor número a las mujeres. ¿La razón? Somos nosotras quienes nos hemos “aficionado” en las últimas décadas en mayor grado al hábito del tabaco que los hombres. Algo realmente inadecuado.
Recordarte, por último, que los no fumadores también nos vemos expuestos a este peligro, por ejemplo, cuando nos encontramos en escenarios con humo u otros contaminantes. ¡Tenlo en cuenta!
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