martes, 20 de enero de 2015

Diente de león, un remedio para desintoxicar tu cuerpo naturalmente y Otros beneficios

El diente de león, una planta medicinal que no es difícil encontrar en el campo si la sabemos reconocer, reúne muchas propiedades depurativas para nuestro organismo y además lo podemos consumir de varias maneras.
En este artículo te explicamos todas sus propiedades, entre las que destacan su facilidad para eliminar toxinas y líquidos, así como las pistas para reconocerlo en plena naturaleza. También te proponemos un plan depurativo basado en los diferentes formatos en los que podemos encontrar esta planta.

¿Por qué es el más depurativo?

Destacamos esta planta, conocida en latín como Taraxacum officinale, porque reúne varias cualidades que nos ayudan a limpiar las sustancias tóxicas que abundan en nuestro organismo. Éstas pueden ser fruto de la mala alimentación, la contaminación y otras sustancias dañinas que nos rodean, o incluso del estrés y las emociones negativas. Si no buscamos la manera de facilitar su eliminación, a la larga, pueden ser causa de múltiples enfermedades más difíciles de tratar.
Decimos que es una de las plantas más depurativas que tenemos porque actúa sobre el hígado y los riñones, dos órganos fundamentales en la autolimpieza del organismo. Así, el diente de león está recomendado especialmente para aquellos problemas de salud que requieren eliminar toxinas, como el colesterol, el ácido úrico o gota, la diabetes, las piedras en el riñón, etc.
Además, es una planta diurética, por lo que mejora la función de los riñones, nos ayuda a eliminar líquidos y a evitar su retención. Es especialmente adecuada para casos de obesidad por exceso de líquidos (cuando se ve que la persona está hinchada), pero también en infecciones del aparato urinario.

Otros beneficios

Entre otros componentes, el diente de león contiene vitaminas A, B y C, ácido fólico, potasio, silicio, hierro y taninos. Gracias a su composición, destacamos también estas otras propiedades para la salud:
  • Mejora el proceso digestivo y abre el apetito, por lo que es ideal para casos de inapetencia o anorexia.
  • Actúa como un laxante suave.
  • Tiene propiedades calmantes de los problemas circulatorios de las extremidades gracias a su contenido en taninos, por lo que es útil en casos de varices y hemorroides.
  • Mejora el estado de la piel en problemas como granos, acné, urticarias, psoriasis, etc. y también potencia la cicatrización de heridas.
  • Mantiene nuestro cabello y piel saludables gracias a su contenido en silicio.
  • Su contenido en hierro lo convierte en un excelente remedio para prevenir y tratar la anemia.

¿Cómo lo reconocemos?

El diente de león, que se considera una mala hierba, crece naturalmente al borde de muchos campos y jardines y se caracteriza por sus hojas dentadas y su flor amarilla. También es muy conocida porque después de florecer, los pétalos amarillos son sustituidos por un grupo de tallos con hebras blancas esponjosas que los niños suelen soplar para soltar en el viento como si fueran pequeños paracaídas. Esto ayuda a esparcir las semillas.

Depuración con diente de león

Para hacer una cura depurativa con diente de león puedes usar la planta fresca o seca para hacerte infusiones y tomar tres al día, antes de las comidas. Si no tienes la planta, puedes adquirirla en herboristerías en forma de hierba, tintura o comprimidos. Además puedes añadir las hojas frescas en los platos que cocines.
Como curiosidad, el diente de león se conoce también como achicoria amarga, y se puede usar como sustituto del café, libre de cafeína. Para ello se usan las raíces de la planta, tostadas y molidas, pero también podemos comprarla ya preparada en dietéticas.
Mientras dure el tratamiento depurativo deberemos beber bastante agua fuera de las comidas, para ayudar a expulsar las toxinas que se irán movilizando. También deberemos cuidar más la alimentación e intentar evitar los siguientes alimentos y hábitos:
  • Carnes grasas y embutidos.
  • Alimentos fritos.
  • Grasas trans o hidrogenadas.
  • Azúcares refinados.
  • Harinas blancas.
  • Lácteos, sobre todo quesos grasos y natas.
  • Estimulantes como el café o la cola.
  • Alcohol.
  • Tabaco.
Recomendamos siempre consultar con un médico o terapeuta antes de realizar cualquier tratamiento con plantas medicinales, ya que éstas pueden tener contraindicaciones o algunos efectos secundarios si se consumen en exceso.

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