miércoles, 2 de abril de 2014

Aji picante contra el cáncer: el milagro de la capsaicina


Desde hace muchos años hay una búsqueda incesante de sustancias en los laboratorios de pruebas para vencer el cáncer. Sin embargo, hasta ahora, ninguna había demostrado firmemente dicha capacidad desde el punto de vista científico-médico (otra cosa es la evidencia empírica que existe en muchos pueblos de la efectividad de determinados tratamientos naturales).
Pero eso ha sido hasta ahora, pues desde hace poco tiempo, se ha venido constatando la presencia de algunas sustancias o plantas, como los Ajís o la Graviola, que están demostrando su eficacia para frenar e inclusive curar este mal pandémico. En diversos estudios, una sustancia de los Ajís demostró su poder anticancerígeno en cultivos de células de cánceres de pulmón y páncreas humano. Asimismo, han demostrado que una dosis de esta induce la muerte de las células cancerosas y no tienen dicho efecto en las células normales.
La sustancia que hoy estudiaremos se encuentra en los populares pimientos picantes, chilis o ajís, como se los conoce. Nos referimos a aquella variedad de los pimientos que contienen una especial potencia pungente (es decir, pican), y su potencial anticancerígeno se debe a la capsaicina, una sustancia que produce “el suicidio” de las células cancerígenas. Su acción puede no solamente frenar, sino también erradicar, esta enfermedad.

¿Qué es y cómo produce la capsaicina su efecto?
A lo largo de este artículo vamos a desarrollar más ampliamente la explicación de la forma en que podremos usar estos alimentos que contienen capsaicina, y cómo debemos incorporarlos en nuestra dieta en cantidad suficiente para prevenir o incluso curar el cáncer.

Acción de la capsaicina contra el cáncer
La capsaicina pertenece a una familia de moléculas llamadas vaniloides. Estas moléculas producen la muerte de las células cancerígenas. Esto lo hacen pegándose, literalmente, a las proteínas de unos orgánulos muy necesarios de las células (las mitocondrias) y produciendo la muerte de las mismas.
Pero lo más impresionante es que no solamente matan las células cancerosas, sino que no dañan las células que rodean al tumor, que están sanas, o son normales.

Lo que diferencia a las mitocondrias de las células cancerosas de las sanas es que tienen una bioquímica completamente diferente. Esa es una de las razones fundamentales de esta selectividad de acción de la capsaicina. Esta vulnerabilidad es innata y selectiva para las células cancerígenas.

En consecuencia, el consumo de esta sustancia presente en altas dosis en los pimientos jalapeños, el ají y otros tipos de pimientos muy picantes, es altamente recomendable para iniciar un refuerzo de nuestro sistema en la prevención del cáncer, en general. Como estas sustancias (los vaniloides) entre los que se encuentra la capsaicina, se encuentran en muchos alimentos, las previsiones farmacéuticas piensan que se podrá obtener algún fármaco de forma rápida y a bajo costo. Pero mientras tanto, el Cancer Research UK recomienda reducir el riesgo de cáncer mediante una dieta saludable y balanceada, con abundancia de frutas y vegetales.

Actualmente, existen fórmulas que usan la capsaicina para los tratamientos tópicos de la tensión muscular y la psoriasis, lo que abre la posibilidad de usarla también, para el tratamiento del cáncer de piel.

Como usar el chile para prevenir el cancer

La capsaicina, el principio picante del chile, conduce a las células del tumor de próstata a su autodestrucción. Según un reciente estudio realizado en la Universidad de California, (Centro médico Cedars-Sinaí), se ha demostrado que este componente presente en altas concentraciones en el ají, o chile, produce la activación de muerte celular programada, o suicidio celular (también llamado apoptosis), en un 80% de la población de dichas células tumorales del cáncer de próstata, reduciéndose el tamaño de dichos tumores a una quinta parte de los tumores no tratados.

Para lograr el efecto anticancerígeno deseado, según estos estudios, una persona de unos 90 kg de peso debe ingerir unos 400 miligramos de capsaicina 3 veces en semana. Ello supone la ingesta de entre tres y ocho chiles habaneros frescos. Pero ¡atención! estos pimientos son los que tienen un mayor contenido en capsaicina, estimándose el grado de picante, según la escala Scoville, en más de 300.000 unidades, es decir, son superpicantes y puede que su paladar no lo soporte. Para que nos hagamos una idea, otras variedades como los jalapeños, pueden contener sólo entre 2.500 y 8.000 unidades Scoville.

Expliquemos con un poco más de detalle cual es el mecanismo por el cual el chile o ají actúa inhibiendo o matando el cáncer:


La apoptosis o muerte celular es un fenómeno normal que se produce en los tejidos y órganos de nuestro cuerpo,  gracias al cual existe un equilibrio entre las células nuevas y aquellas que son más viejas o están ya deterioradas. Sin embargo, las  células cancerígenas se hacen inmortales ya que evaden genéticamente los mecanismos moleculares de apoptosis.
Los científicos observaron que la capsaicina inhibió la actividad de un mecanismo molecular que está alterado en las células cancerosas(el NF-kappa Beta) y que, en condiciones normales,  participa en la apoptosis o muerte celular, en muchos tipos de células. La regulación defectuosa del NF-kB por parte de las células cancerígenas es una de las razones que promueven su eterna supervivencia.

El componente picante de los chiles redujo además la formación de  una proteína que a menudo es producida en altas cantidades por los tumores de próstata y que puede señalar la presencia del tumor en hombres. Esta proteína se conoce como antígeno prostático específico (PSA).

Dieta o menú para luchar contra el cáncer
Viendo las maravillosas propiedades de los alimentos picantes que contienen capsaicina, si queremos ayudar en la lucha contra el cáncer o prevenirlo, tenemos que incorporar en nuestra alimentación la mayor cantidad de hortalizas que la contengan. Esto es, los pimientos y el jengibre. Hay que tener en cuenta que cuanto más pique un pimiento, chile o ají, más concentración de capsaicina tiene. No olvidemos que lo ideal es que dichos alimentos los consumamos crudos, pues de esa manera se conservan todas sus propiedades.
Chiles o guindillas: son la fuente más potente y conocida de capsaicina, y algunos tienen las puntuaciones más altas en la escala picante de Scoville, como los Jalapeños o los Habaneros.
Tabasco: esta salsa comercial está hecha con los pimientos picantes de la variedad Tabasco, del estado mexicano del mismo nombre, añadiendo vinagre y sal. Unas gotas en tu comida, una fiesta en tu lengua.
Comino: aunque es mucho menos picante que los anteriores, contiene capsaicina y puede dar un gran sabor a tus legumbres, además de ser el ingrediente principal del mojo canario.
Curry: uno de los ingredientes principales es la cúrcuma, que le da el color amarillo y que contiene pequeñas cantidades de capsaicina.
La capsaicina se refuerza con la cafeína de forma sinérgica, es decir, la combinación de las dos ayuda aún más a prevenir y curar el cáncer y también a quemar grasa. Si la idea de mojar jalapeños en el café para desayunar no te atrae demasiado, puedes tomar capsaicina y cafeína en cápsulas y ahorrarte el picor de lengua, pero no te librarás de los sudores.

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